Apuré el paso al escuchar las doce campanadas. Pero no
quería irme. Hubiera querido seguir bailando con el, mientras las demás jóvenes
me miraban con envidia. Eran bonitas y de familias adineradas, lo mejor de la
ciudad. ¡Que no darían por estar en mi lugar! El salón de baile estaba
maravillosamente decorado, con un gusto exquisito y la música envolvente y
dulce. Todavía sentía el calor de su abrazo en mi cintura. ¿Se acordará de mi,
mañana cuando la fiesta haya concluido? Tenía el rostro arrasado por las
lágrimas, tal era mi enojo y frustración que no podría decir cuánto tiempo
estuve caminando con un solo zapato. ¡Al demonio con el! Pero el pie me dolía
mucho y me resbalaba en el barro.
Me acordé entonces cuánto había deseado poder asistir a ese
baile y cuánto me amargué por no tener un vestido aceptable, ni zapatos, ni un
abrigo mientras que las mujeres de la familia de mi padre se compraban las
mejores ropas para el evento. Pasé toda la semana previa trabajando hasta el
agotamiento y en verdad no tenía ninguna esperanza de poder ir. Mi vida
últimamente es nada más que trabajo y mas trabajo, maltrato de los que me
rodean y no logro ver ninguna salida. Recordé a mi padre. Si el estuviera vivo
yo no llevaría esta vida miserable. ¡Te extraño, papá!
Pero a veces el destino nos da sorpresas y suceden cosas inesperadas. Y en menos de dos horas me
encontré espléndidamente vestida, con un par de sandalias hermosas – ¿y ahora
que hago con una sola?- un bello peinado y maquillaje así como un coche
espectacular que me trasladaría al lugar.
Llegué al salón de fiestas tan feliz que parecía explotar
dentro del ajustado vestido. Todas las miradas estaban sobre mí. No se si
lograron reconocerme. Iba demasiado
bella como para que se dieran cuenta.
Y ahora vuelvo llorando como una boba.Tan poco duró mi
felicidad ¨ ¿No ves que nada te conforma?¨ Me dice una voz en mi cabeza.¨
Deberías estar feliz de haberlo conocido y de que te haya preferido para
bailar.¨
Empezó a lloviznar y hacía frío. La mezcla de lágrimas y
gotas de lluvia terminaron con mi maquillaje, el peinado se aflojó. No quería mojar el vestido pero no podía
evitarlo.
Mientras seguía caminando me preguntaba si un hombre rico,
atractivo, joven y con una excelente educación, integrante de una de las
familias más poderosas del lugar, podría
llegar a fijarse en una pobre desgraciada como yo.
La idea tan disparatada me hizo reír. ¨Ahora sí que estas
loca del todo¨ -escuche la voz en mi cabeza.- ¨Llorando y riendo al mismo
tiempo.¨
Seguramente, en este momento, mientras yo volvía, el estaba
bailando con alguna de aquellas jóvenes, ellas si, de su misma condición
social. Ellas no tenían que volver temprano y podían disponer de más tiempo
para seducirlo.
¨La vida es algo así como un juego terrible en el que se te
dan las cosas y cuando empezás a ser feliz, todo te es arrebatado¨ Otra vez,
mis pensamientos.
A medida que me
alejaba del lugar, me iba adentrando en las zonas más pobres de la ciudad, con
sus callecitas sucias, las casas de lata y cartón. Algunas luces mortecinas de
vez en cuando. Por aquí y por allá un indigente durmiendo acurrucado en algún
rincón. Y algunas voces de ebrios diciéndome groserías mientras que yo iba
pasando.
Sabía que cuando le devolviera el vestido a Susana,- la
última conexión que me quedaba con esa magnífica noche- empezaría a preguntarme
si todo habría sido un sueño. ¿Y que le voy a decir de la sandalia que perdí?
Susana, mi mejor amiga, la que hizo lo imposible por
ayudarme a ir a la fiesta, pero que ahora necesitaba todo de vuelta para usar
ella misma con los clientes que la esperaban, algunos en la barra, otros en las
habitaciones.
Y yo, esta noche, no voy a aceptar clientes, que me esperen
hasta mañana. Puedo arreglarme hoy sin ese dinero. ¡Esta noche quiero seguir soñando
con mi príncipe!
pues mira, este no lo ley en Literautas... hay tantísimos textos, cada mes más, que al final te pierdes algunos buenos. la parte central se me ha hecho un poco pesada, por reiterativa. pero el golpe de efecto final está muy bien, y la escena de ella llorando/riendo bajo la lluvia es muy evocador.
ResponderEliminarun saludo,
Sergio Mesa / Forvetor
http://miesquinadelring.blogspot.com.es/